Había una vez un espanta niños apodado TRAPITO, el vivía en un country, y era utilizado para espantar teros de los terrenos ajenos. Un día TRAPITO, así le apodaban sus vecinos, decidió incurcionar en el fútbol, y fue así como comenzó a destacarse como un jugador diferente a los demás, no por su habilidad, sino porque era de madera. Rápidamente las malas terminaciones de sus pies (ver fotos) y sus rodillitas (de canario rengo) le impedían dar pases a sus compañeros, tirar centros, gambetear, etc. Triste por su performance, decidió probar con la jardineria (Al igual que Julio Cruz), allí se destaco por ser uno de los mayores combatientes de las hormigas, hoy sus enemigas intimas, las que atacaban a mansalva sus ROSAS ROCOCO ROSADAS (muy puto). Acorralado por las hormigas, y los teros, animalitos que se reían de nuestro pobre amigo trapito, el mismo cayo en las garras del alcohol, teniendo episódios denunciados por la Guardia del barrio al verlo correr en altas horas de la madrugada, semidesnudo, con su torso de madera al viento y sin cetol, y en estado calamitoso. Por suerte la madera estaba impermeabilizada lo que impidió que los 4 grados bajo cero, le quitaran la vida.
Según comentarios de sus más allegados, esa noche, Trapito debió dormir en el parque de su casa (Ver foto)En los próximos días ampliaremos esta historia, ya que trapito sigue dando que hablar todos los fines de semana.
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