Estos eran tiempos felices para Zaza cuando hacia goles en la liga africana. Aquí se lo ve junto con un compañero de su equipo luego de un partido.
Hoy, lejos de esos momentos, lo consume la tristeza ya que no logra hacer goles, sigue sin punteria, y gracias a Dios se le están rompiendo sus botines amarillos que tantos disgustos le viene trayendo.
Zaza, para mi que los botines te quedan chichos, por lo menos dos o tres números.
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