Los finos rasgos de las joyas que vendo en mi negocio, son trabajadas por mis propias manos, mejor dicho mis propios dientes.
"De chiquito me gustaba abrir las botellas de cerveza con mis dientes, luego empecé a hacerlo con el resto de mi cuerpo, hasta que decidí hacerme Joyero. Pronto me di cuenta que con mis dientes podía tallar los más duros rubíes, y trabajaba con mucha precisión el oro y la plata, ni hablar de la biyouteri de plástico, que es más moldeable. Y fue así como empecé en el rubro". Como dije en alguna oportunidad, no todo lo que brilla es oro ... a veces es biyuoteri.
En el barrio me dicen Castorcito de Cadaques !!
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